martes, 22 de febrero de 2011

Yume

Ella estaba sentada y con las luces apagadas. Él sólo caminó por la
habitación hasta donde ella estaba.

Apenas se veía la luz que entraba por la ventana. Ella estaba semi
desnuda. Sólo cubierta por un poco de su lenceria negra.

Los pasos se terminaron y él la miró a los ojos, y recorrió sus brazos
con sus yemas. La empezó a acariciar hasta tomarla por la espalda y
darle besos en su cuello. Ella sólo se recostó sobre la mesa y dejó
que él terminara de besarle.

Pronto sus prendas comenzaron a caer. Mientras los besos se hacían más
profundos, sus manos acariciaban su piel y jugaban en su boca.

Ya sin ropa, ella se levantó de su asiento e hizo lo mismo que él,
pero con su boca.

Jugó con su abdomen, recorriendo su lengua a lo largo de su piel.
Subía por su cuello y lámia sus piernas.

El calor bañaba la noche y la fuerza surgia. Él la tomó hacia la pared
y presionando fuerte, comenzó a penetrarla: su cuerpo empujaba sus
senos y forzaba a su espalda a golpear la pared. Sin esperar un
instante, él volteó su cuerpo y dejo al descubierto la espalda y
piernas de ella.

Ella conocía bien lo que seguía y no puso mayor resistencia. Sólo
sujetó la cortina y guardó sus palabras mordiendo sus labios. Él la
comenzó a penetrar desde atrás. Metía su falo fuerte, haciendo que
ella se sujetará en cada embestida. Golpe tras golpe penetraba su
cuerpo.

Ella sólo se sujetaba con fuerza de las cortinas. Trataba de no gemir
y gritar tanto. Pero aquél quién la penetraba deseaba su placer...

Cada embestida que golpeaba su cintura la presionaba más contra la
pared. Sudaba y se escurría el líquido por sus senos, piernas y
vagina.

Ella sólo tomaba con fuerza las cortinas y sujetaba, ante la dureza
que tomaba su cuerpo sin piedad.

Grito tras grito. Gémido tras gémido.

Un sólo golpe bastó para que ella doblara su cuello y colocara sus
senos y vientre en ésa pared, haciendo que se le penetrará aún más
rápido y profundo.

Ella jalaba esas cortinas y jadeaba ante ése placer...

Gritó y soltó varios gémidos, uno tras de otro. Exhausta sólo pudo
voltear su cara y poner una tenue sonrisa...y entre todo ese vapor y
calor, ella y él despertaron, en camas alejadas, jadeando y
presionando...

2 comentarios:

  1. Qué tristeza el final.

    Desde mi particular punto de vista, creo que un hombre siempre debe de disfrutar y hacer disfrutar a su pareja al máximo.

    El texto... CARAJO! Inspirador, el final, insisto, de lo más triste, sólo en sueños ...

    Besos.

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  2. Todo pintaba para ser una aburrida historia erótica, pero la verdad me impresionaste. Buen final.

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